Prospectiva / Diseño de futuros
El transporte público urbano de Rosario hacia el año 2035.
Diseñar el futuro del transporte público nos puede ayudar a identificar problemas actuales que hoy parecen insignificantes pero mañana podrían ser urgentes.
Me gustaría comenzar mencionando que al momento de escribir este artículo (Septiembre de 2020), atravesado por la pandemia del COVID-19, la ciudad de Rosario, desde el comienzo del aislamiento obligatorio, lleva más de una tercera parte de los días sin transporte de colectivos, producto del paro de la UTA por sueldos impagos.
Me preguntaba cuales son las razones de un paro de transporte tan extenso más allá del evidente impacto de la cuarentena. Identificar qué nos hizo llegar a esta situación nos podría ayudar en el futuro ano toparnos con escenarios similares o, de ser inevitables, para anticiparnos y llegar mejor preparados.
Para ello me propuse estudiar quienes son los actores involucrados y los potenciales interesados; cuales son las tendencias, es decir, de donde venimos y hacia donde vamos y cuales las señales de cambio que pueden romper estas tendencias, aquello que nos puede hacer cambiar de rumbo.
Analizando estos factores es que pude elaborar dos escenarios futuros plausibles a través de los cual pensar acciones en el presente.
1. Ecosistema
Pese a que Rosario cuenta con un servicio de transporte público urbano escaso o básico, la cantidad actores que participan directa e indirectamente es considerable, no sumado a aquellos que potencialmente pueden llegar a vincularse y que de momento son contenidos (Uber, patinetes eléctricos, ferries entre otros).
Creo que se tiene una gran oportunidad de vincular actores a través de asociaciones estratégicas. Se podría desde las instituciones, brindar financiación y crédito pero fundamentalmente recursos humanos (diseñadores, ingenieros, investigadores, estadistas, antropólogos, etc.) a las pymes, emprendedores y compañías.
A cambio podría el municipio aprovecharse del desarrollo que estas empresas realicen principalmente en relación a nuevos modelos de negocio, medios de transporte y energías renovables (algo que ya sucede y se necesita potenciar), actuando como escenario de pruebas (más allá del resultado de estos ensayos, para la ciudad ya representarían un aprendizaje) y de implementación de soluciones probadas.
2. Tendencias
Me gustaría destacar que las nuevas formas que los usuarios tienen de interactuar con los objetos, surgen del afianzamiento de tendencias como el minimalismo, la sharing economy y la gig economy (ya no queremos productos, queremos servicios).
El avance de pequeños nichos urbanos en respuesta a la cada vez más compleja circulación en la ciudad, se refleja en la creación y desarrollo de distritos y en el incremento en el uso de medios de transporte como las bicicletas, que es cierto, también se debe en parte a las crisis económicas.
3. Señales
¿Qué hizo que algunas de estás tendencias se rompan o puedan romperse? Para entender estos fenómenos estudié las señales de cambio.
Entendí que cada vez hay un grado mayor de personalización en productos y servicios, que buscan brindarnos experiencias únicas a fin de lograr awareness y engagement. Se destacan Uber y empresas con modelos de negocio Low Cost.
Plataformas como Zoom, Amazon, Mercado Libre y muchas otras, cada vez nos permiten hacer más cosas desde nuestras casas, con lo cual es probable que de aquí en adelante tengamos que salir menos y que cuando lo hagamos sea más una decisión que una imposición. No tengo que ir a la oficina, quiero ir a la oficina, no tengo que ir al supermercado, quiero ir al supermercado, etc.
4. Escenarios
Combinando toda esta información logré crear dos escenarios futuros para el transporte público urbano de Rosario. El primero de ellos hace foco en la inteligencia artificial y en cómo el machine learning pueden colaborar en el desarrollo de un sistema de transporte personalizable. El transporte público podría ser, desde mi punto de vista, tan personal como los usuarios deseen y/o le permitan a los algoritmos predictivos y de recomendación customizarlo para nosotros.
El segundo de estos escenarios habla de la sustitución o eliminación del transporte público en favor de nuevos modelos de negocio, a raíz de conductas también nuevas, de los usuarios y de las instituciones frente al transporte. Los usuarios podrían pasar a considerar el trasladarse como un “nice to have”, en vez de un derecho, dado que ya no necesitaríamos movernos tanto como lo hacemos hoy. El gobierno por su parte cambiaría la forma en la que se hace presente (cambio de paradigma), dejando de ofrecer un servicio o de otorgar un derecho determinado pero brindarnos los recursos necesarios para que podarnos hacernos de ellos si lo deseamos o lo necesitamos.
Con estos dos futuros robustos, posibles y plausibles, comencé la segunda gran etapa del proyecto, ya que el diseño de futuros no termina con la generación de escenarios, sino que debe articularse con un plan estratégico.
Diseñar este plan requirió identificar que aspectos del transporte de hoy serían potencialmente problemáticos en el futuro, proponer soluciones a estos y estudiar cual es la visión futura del transporte de distintas ciudades a través de sus sistemas actuales, para con esta información, plantear una linea temporal en donde poder priorizar las diferentes acciones a implementar.
5. Insights
De todos los aspectos sobre los que se podría trabajar, me gustaría mencionar en particular la falta medios y modalidades de transporte alternativos al sistema de transporte homogéneo que Rosario ofrece hoy en día. La ciudad debería, desde mi perspectiva, ofrecer más alternativas y que estas se combinen entre ellas y no se superpongan como lo hacen hoy en día.
El sistema debe ser un sistema, no la agrupación de elementos inconexos. Para ello sugiero pensar el transporte en 3 escalas (intra distritos, inter distritos y largas distancias), cada una de ellas con sus correspondientes transportes, bici y monopatines para la primera, taxis, troles y colectivos para la segunda y trenes y ferries en la tercera, con la posibilidad de que estos puedan combinarse. De esta forma podría por ejemplo rentar un monopatín eléctrico y hacer unos primeros kilómetros, subir con este a un trole donde mientras hago otro tramo de mi trayecto podría cargar el monopatín y que al bajarme, tenga la batería suficiente para hacer lo que se conoce como la “ultima milla” en él.
6. Benchmark
Identificados los problemas y propuestas las soluciones, intenté reconocer la forma en que otras ciudades generan innovación en sus respectivos sistemas de transporte. Por paradójico que parezca creo que la manera de generar innovación en los transportes de Dubai, Tallin o Copenhague, bien podría aplicarse al transporte de Rosario.
El caballo de batalla sería la red de colaboración, lo que refuerza la idea del vinculo estratégico entre instituciones, corporaciones y emprendedores. Esto debería apalancarse en un modelo de negocio atractivo tanto para los usuarios como para los prestadores. La diferenciación vendría de la combinación eficiente de los distintos medidos y modalidades del sistema, aprovechando sus ventajas y diferencias. Así la propuesta de valor sería más robusta.
7. Accionables
Luego de realizar este segundo análisis, me encontré con varios insights que bajé en acciones concretas en periodos de tiempo de 4 años. En las primeras etapas están los denominados quick wins y el inicio de los major proyects, como se puede ver a continuación, hacia el final estás las denominadas acciones de relleno o aquellas que necesitan de la realización previa de otras.
8. Actualizaciones
17 de Febrero de 2021 — Uber anunció su arribo a Rosario y comenzó a reclutar choferes.
17 de Febrero de 2021 — Llega el boleto educativo gratuito.
25 de febrero de 2021 — Uber ya funciona en Rosario.
Como cierre me gustaría mencionar que este artículo es un resumen de mi proyecto para la especialización en diseño estratégico para la innovación del centro de estudios interdisciplinarios de la Universidad Nacional de Rosario.
Entiendo que no es más que una primera aproximación al futuro del transporte público urbano de Rosario, que merece iterarse a partir de las devoluciones que recojamos de quien lo está leyendo.
De todos modos y hasta entonces, este es el plan de acción más pertinente si se quiere llegar en 15 años a tener en la ciudad un transporte al que definan como personalizable, inclusivo, diverso, adaptable, eléctrico, autónomo y aumentado.